La Poesía Épica Latina
La epopeya, o poesía épica, canta las proezas de los héroes y floreció muy tempranamente en Grecia. Los poemas homéricos, es decir, La Ilíada y La Odisea, son los ejemplos más representativos en la literatura griega.
Los primitivos poemas épicos romanos presentan una génesis literaria un tanto complicada, ya que son frutos de dos tendencias diferentes:
- Roma estaba sometida literariamente a las tradiciones épicas alejandrinas, importadas por los esclavos o libertos griegos, que difundían la cultura helénica entre la población latina, ya que actuaban sobre las clases elevadas, como preceptores de sus hijos. A ellos se debió, en buena medida, la identificación de los dioses romanos con los griegos y la creación de los primeros poemas épicos en lengua latina. Destaca especialmente una traducción de La Odisea y la introducción del hexámetro, que sustituye al primitivo verso saturnio.
- Mas, frente a esta tendencia helenizante, persistía la tradición guerrera y patriótica de Roma. El patriotismo de la epopeya homérica jamás rebasó los límites de la ciudad; nunca vislumbró un ideal patriótico panhelénico. Los héroes homéricos no luchan, como los romanos, con una visión amplia del patriotismo, ni tienen aún concepto claro de nación.
Por otra parte, en la época alejandrina los éxitos guerreros no suscitan el interés del público, que los considera pasados de moda. Frente a ello, los romanos de esta época, ciudadanos orgullosos y patriotas de un país centralizado, habían emprendido una ingente guerra de conquista contra todos los pueblos bañados por el que llamarían más tarde Mare Nostrum. Esta empresa nacional era fértil, tanto en aventuras colectivas, como en triunfos individuales. Los nuevos conquistadores del mundo conocido habían creado ya una vieja Historia Nacional, que no por ser ficticia les inspiraba menos orgullo. Esta historia nacional se remontaba a la propia fundación de Roma, en la que no veían vanas leyendas, sino auténticas realidades históricas. Por ello, ante los poetas se alzaba, tentador, el deseo de narrar, en forma de epopeya, el remoto pasado de Roma e incluso sus gloriosos hechos recientes.
La tradición literaria griega y el patriotismo romano influyeron, pues, en los poetas durante más de dos siglos. Su coexistencia artificial dará lugar a la creación de obras artificiosas e imperfectas, en los casos en que se recurre a la Mitología Griega, y a relatos informes y prosaicos, cuando los poetas se limitan a poner en verso los Annales de Roma.
Virgilio es el genio que logra encontrar una fórmula de equilibrio, que hermana las dos tendencias precedentes en una fusión armónica. El resultado fue un gran poema épico: La Eneida. Sus predecesores latinos más importantes fueron Livio Andrónico, Nevio y Ennio.
Livio Andrónico, cautivado en la toma de Tarento por los romanos, enseñó en Roma la lengua griega. Con objeto de contar con un texto bilingüe, que le ayudase en sus enseñanzas, tradujo al latín La Odisea, en versos saturnios.
Gneo Nevio muere hacia el año -201. Tomó parte en la primera Guerra Púnica. Con su poema Bellum Punicum creó no sólo la epopeya nacional romana, sino también el primer poema épico histórico, con tema tomado de la actualidad inmediata. Su autor fue testigo de una parte de los hechos narrados e incluso no personalmente en ellos.
El poema se remontaba a la leyenda de Eneas, sus trágicas relaciones amorosas con la reina Dido y sus repercusiones en el futuro de sus respectivos pueblos, los cartagineses y romanos, que se enfrentarían en las Guerras Púnicas. Describía después el desembarco de Eneas en Italia y los sucesos posteriores de la historia de Roma hasta sus guerras con Cartago, como preludio al tema propiamente dicho, constituido por éstas. La obra está compuesta en versos saturnios y está impregnada de un ferviente orgullo nacional.
Aunque los escasos versos que han quedado nos hacen pensar en una especie de crónica versificada, el Bellum Punicum influyó en las generaciones posteriores y fue imitado por Ennio y Virgilio y alabado por Cicerón.
Ennio nació en Calabria en el -239, escribió un extenso poema épico en 18 libros, titulado Annales. Para describir el período legendario de Roma se basa en Nevio. Imita a Homero, de quien toma comparaciones y toda clase de procedimientos expresivos y artísticos. Su mérito excepcional fue el de haber introducido en la poesía latina el verso hexámetro y haberle dado unas leyes, que fueron las básicas de ese ritmo poético en épocas posteriores.