El otro día, hablando sobre la vida y milagros de Hércules, decidimos hacer en la asignatura de Cultura Clásica un trabajo relacionado con el tema en cuestión.
Como no pudimos ponernos de acuerdo, establecimos finalmente que cada cual hiciera el trabajo que más le apeteciera dando libertad total para elegir el aspecto hercúleo que tratar y el formato.
Yo mismo pensé, en un principio, que me iba a ver cubierto por presentaciones de variada condición… pero no fue así. Y, si soy sincero, realmente tampoco me lo esperaba: ya va teniendo uno cierta experiencia en esto de la docencia.
La verdad es que, desde que a alguien se le ocurrió el feliz término «Nativo digital», se nos ha tratado de convencer de que el alumno, ya al nacer, es fanático de las tecnologías, de que no puede estudiar sin un ordenador, de que sabe manejar cualquier aplicación que se le ponga por delante y de que enfrente solo hay un profesorado viejo, reaccionario, que, después de varios cursos pagados por el sufrido contribuyente, se limita a escribir exámenes con más o menos estilo en el word edición 2000. No, no es así.
Mi experiencia personal y profesional no me corrobora lo arriba mencionado y me enfrenta a un profesorado en el que hay habilidades para todos los gustos y a un alumnado que, fuera de manejar instagram y whatsapp, en su mayoría, no es tan tecnológicamente hábil como hace un tiempo se nos quiso hacer creer.
Para muestra este botón: de todas las tareas entregadas, tan solo esta se hizo digitalmente. El resto fue hecho de manera manual como podéis apreciar en la siguiente presentación
En fin, como suele ocurrir, las cosas no son ni totalmente blancas ni totalmente negras sino todo lo contrario.
Salutem plurimam vobis!