ECLOGA VII

Meliboeus / Corydon / Thyrsis







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                        Meliboeus

Forte sub arguta consederat ilice Daphnis,
compulerantque greges Corydon et Thyrsis in unum,
Thyrsis ouis, Corydon distentas lacte capellas,
ambo florentes aetatibus, Arcades ambo,
et cantare pares et repondere parati.
Huc mihi, dum teneras defendo a frigore myrtos,
uir gregis ipse caper deerrauerat; atque ego Daphnim
adspicio. Ille ubi me contra uidet: "Ocius" inquit
"huc ades, o Meliboee; caper tibi saluos et haedi,
et, si quid cessare potes, requiesce sub umbra.
Huc ipsi potum uenient per prata iuuenci;
hic uiridis tenera praetexit harundine ripas
Mincius, eque sacra resonant examina quercu."
Quid facerem? Neque ego Alcippen, nec Phyllida habebam,
depulsos a lacte domi quae clauderet agnos,
et certamen erat, Corydon cum Thyrside, magnum.
Posthabui tamen illorum mea seria ludo.
Alternis igitur contendere uersibus ambo
coepere; alternos Musae meminisse uolebant.
Hos Corydon, illos referebat in ordine Thyrsis.

                        Corydon

Nymphae, noster amor, Libethrides, aut mihi carmen,
quale meo Codro, concedite (proxima Phoebi
uersibus ille facit), aut, si non possumus omnes,
hic arguta sacra pendebit fistula pinu.

                        Thyrsis

Pastores, hedera nascentem ornate poetam,
Arcades, inuidia rumpantur ut ilia Codro;
aut, si ultra placitum laudarit, baccare frontem
cingite, ne uati noceat mala lingua futuro.

                        Corydon

Saetosi caput hoc apri tibi, Delia, paruos
et ramosa Micon uiuacis cornua cerui.
Si proprium hoc fuerit, leui de marmore tota
puniceo stabis suras euincta coturno.

                        Thyrsis

Sinum lactis et haec te liba, Priape, quotannis
exspectare sat est: custos es pauperis horti.
Nunc te marmoreum pro tempore fecimus; at tu,
si fetura gregem suppleuerit, aureus esto.

                        Corydon

Nerine Galatea, thymo mihi dulcior Hyblae,
candidior cycnis, hedera formosior alba,
cum primum pasti repetent praesepia tauri,
si qua tui Corydonis habet te cura, uenito.

                        Thyrsis

Immo ego Sardoniis uidear tibi amarior herbis,
horridior rusco, proiecta uilior alga,
si mihi non haec lux toto iam longior anno est.
Ite domum pasti, si quis pudor, ite, iuuenci.

                        Corydon

Muscosi fontes, et somno mollior herba,
et quae uos rara uiridis tegit arbutus umbra,
solstitium pecori defendite: iam uenit aestas
torrida, iam lento turgent in palmite gemmae.

                        Thyrsis

Hic focus et taedae pingues, hic plurimus ignis
semper, et adsidua postes fuligine nigri;
hic tantum Boreae curamus frigora, quantum
aut numerum lupus aut torrentia flumina ripas.

                        Corydon

Stant et iuniperi et castaneae hirsutae;
strata iacent passim sua quaeque sub arbore poma;
omnia nunc rident: at, si formosus Alexis
montibus his abeat, uideas et flumina sicca.

                        Thyrsis

Aret ager; uitio moriens sitit aeris herba;
Liber pampineas inuidit collibus umbras:
Phyllidis aduentu nostrae nemus omne uirebit,
Iuppiter et laeto descendet plurimus imbri.

                        Corydon

Populus Alcidae gratissima, uitis Iaccho,
formosae myrtus Veneri, sua laurea Phoebo,
Phyllis amat corylos; illas dum Phyllis amabit,
nec myrtus uincet corylos, nec laurea Phoebi.

                        Thyrsis

Fraxinus in siluis pulcherrima, pinus in hortis,
populus in fluuiis, abies in montibus altis:
saepius at si me, Lycida formose, reuisas,
fraxinus in siluis cedat tibi, pinus in hortis.

                        Meliboeus

Haec memini, et uictum frustra contendere Thyrsim.
Ex illo Corydon Corydon est tempore nobis.


Melibeo

Por casualidad Dafnis se había sentado bajo una sonora encina y Coridón y Tirsis habían reunido sus rebaños en uno, Tirsis ovejas, Coridón cabrillas hinchadas de leche, ambos en la flor de la vida, ambos arcadios, semejantes en cantar y preparados para responder. Aquí, mientras aparto a los tiernos mirtos del frío, el mismo señor del ganado, el macho cabrío, se me había extraviado; y yo diviso a Dafnis. Cuando aquél me ve enfrente, dice: "Ven aquí rápido, oh Melibeo; tu macho cabrío y tus cabritos están a salvo, y si puedes estar inactivo un momento, descansa a la sombra. Aquí vendrán esos mismos novillos por las praderas para beber; aquí el Mincio teje sus verdes riberas con tierna caña, aquí resuenan los enjambres en la encina sagrada." ¿Qué podía hacer? No tenía ni a Alcipeo ni a Filis que encerraran a los corderos destetados en la casa, y había un gran certamen, Coridón contra Tirsis. Sin embargo, he pospuesto mis asuntos por el juego de aquellos. Así pues, ambos empezaron a competir con versos alternos; las Musas querían recordarlos por turno. Estos, Coridón, aquellos Tirsis devolvía en orden.

Coridón

Ninfas de la fuente Libethra, mis amores, regaladme un canto como a mi Codro (aquél hace cosas muy cercanas a los versos de Febo), o, si no podemos todos, aquí penderá el armonioso caramillo del pino sagrado.

Tirsis

Pastores arcadios, adornad con hiedra al naciente poeta, para que se deshagan de envidia los ijares a Codro; o si la alaba más allá de lo justo, rodead la frente de amaro para que no dañe su mala lengua al futuro poeta.

Coridón

Esta cabeza de cerdoso jabalí y los ramosos cuernos de un ciervo de larga vida te dedica, Delia, el pequeño Micón. Si esto fuera apropiado, estarás de pie toda de pulido mármol con las piernas ceñidas con un coturno de púrpura.

Tirsis

Príapo, basta que tú esperes cada año una jarra de leche y estas tortas: eres guardián de un pobre jardín. Ahora te hemos hecho de mármol por las circunstancias; pero tú, si una camada completa el ganado, serás de oro.

Coridón

Galatea la de Nereo, más dulce para mí que el tomillo del Hibla, más blanca que los cisnes, más hermosa que la hiedra blanca, tan pronto como los bueyes, apacentados, regresen a los establos, si tienes algún cuidado de tu Coridón, ven.

Tirsis

Sí, yo te pareceré más amargo que las hierbas de Cerdeña, más rudo que el rusco, más vil que el alga abyecta, si este día no es ya para mí más largo que todo el año. Id a casa apacentados, si tenéis algún pudor, id, novillos.

Coridón

Fuentes musgosas, e hierba más delicada que el sueño, y verde arbusto que os cubre con escasa sombra, presevad al ganado del solsticio: ya llega el tórrido estío, ya las yemas de las vides se hinchan con el flexible sarmiento.

Tirsis

Aquí el hogar y las antorchas resinosas, aquí siempre el fuego más grande y las puertas ennegrecidas de permanente hollín; aquí nos preocupamos tanto de los fríos del Boreas como el lobo del número o los rápidos ríos de sus riberas.

Coridón

Resisten los enebros y las castañas hirsutas; todas las frutas yacen esparcidas por todas partes bajo su árbol; ahora todas las cosas están alegres: pero, si el hermoso Alexis está lejos de estos montes, verías incluso los ríos secos.

Tirsis

El campo está seco; la hierba se seca muriendo por falta de aire; Liber niega las sombras de las vides a las colinas: todo el bosque estará verde con la llegada de mi Filis, y el poderoso Júpiter descenderá con abundante lluvia.

Coridón

El álamo es muy grato al Alcida, la vid a Baco, el mirto a la hermosa Venus, su laurel a Febo, Filis ama los avellanos; mientras Filis los ame, ni el mirto ni los laureles de Febo vencerán a los avellanos.

Tirsis

El fresno es el más hermoso en los bosques, el pino en los jardines, el álamo en los ríos, el abeto en los montes altos: pero si vienes a verme más a menudo, hermoso Lícidas, cedería ante ti el fresno en las selvas, el pino en los jardines.

Melibeo

De esto me acuerdo y de que Tirsis, vencido, porfiaba en vano. Desde aquel momento Coridón es Coridón para nosotros.


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