C. Salustio Crispo (87 a. de C., 35 a. de C.) era
natural de Amiterno, ciudad de la Sabina, de familia plebeya pero
acomodada. Muy joven se trasladó a Roma y, como él
mismo dice, se lanzó con pasión a la política,
donde le sucedieron muchas adversidades. Fue enemigo de Cicerón
y gran amigo de César.
Ocupó importantes magistraturas y, con el apoyo de César,
fue nombrado gobernador de la provincia de África, donde
acumuló en poco tiempo inmensas riquezas, sin duda
prescindiendo de todo escrúpulo moral. Vuelto a Roma, se hizo
construir un palacio con extensos jardines y, tras el asesinato de su
protector, se consagró a la redacción de sus obras
históricas.
Salustio
escribió tres obras de contenido histórico, una perdida
(Las Historias) y dos conservadas: La Conjuración de Catilina
y La Guerra de Yugurta.
a) Historias
, en 5 libros. Era una historia contemporánea, con los
sucesos posteriores a la muerte de Sila. Sólo nos quedan unos
pequeños fragmentos.
b) Conjuración
de Catilina. Salustio cuenta el desarrollo de la conjuración
hasta la muerte de Catilina en la batalla de Pistoya.
c) Guerra de Yugurta .
Yugurta, hijo adoptivo del Micipsa, rey de Numidia, se había
formado militarmente con los romanos, acompañando a Escipión
en la toma de Numancia. A la muerte de Micipsa, se apodera del reino
por la fuerza, eliminando sucesivamente a los dos hijos legítimos
del rey, lo que hace que los romanos le declaren la guerra. Después
de muchas alternativas con victorias y derrotas por ambas partes,
Mario, nombrado cónsul y general en jefe, logra, con la ayuda
decisiva de su cuestor Sila, terminar la guerra, haciendo prisionero
a Yugurta.
Salustio, por
encima de César y
Nepote, es el verdadero creador de la historia como género
literario en Roma. Salustio tenía ambición de
supervivencia. Afirma en el prólogo de Catilina que debemos
"Buscar la gloria con los recursos del espíritu" y
" dejar larga memoria de nosotros." En la Roma de su
tiempo había dos profesiones principales para adquirir la
gloria y la fama: la milicia y el foro. Pero Salustio tuvo la mala
suerte de coincidir con el más grande de los generales y el
más grande de los oradores. Quiso, por tanto, buscar la
gloria en un campo nuevo, y se decidió por la Historia, dado
que el propio Cicerón acababa de lamentarse de que en Roma no
hubiera un historiador comparable a los historiadores griegos.
Salustio tiene, como Tucídides (al cual sigue), una
concepción "dramática" de la historia. Elige
personajes de recia personalidad y los coloca en una situación
límite. Es verdad que describe certeramente las causas de los
sucesos, pero, sobre todo, Salustio es un gran pintor de personas,
de dramas de almas. Hay toda una galería de retratos de gran
profundidad psicológica; baste citar, además de los
magníficos de los dos protagonistas, los de César,
Catón, Sempronia o Mario. Para caracterizar a los personajes
se vale con frecuencia de discursos puestos en su boca. El valor
histórico es mayor en Yugurta que en Catilina, pues en éste
se deja llevar de su postura de cesariano incondicional. En Yugurta
describe los sucesos con muchas más objetividad. Su lengua y
estilo tienen dos características resaltables: el color
arcaico y la concisión, a las que podría añadirse
su tendencia a la asimetría en la construcción del
período. Todo esto lo acentúa conscientemente para
diferenciarse de Cicerón.
El
estilo de Salustio ofrece algunas peculiaridades, como el uso de la
"variatio", el "quiasmo", la "lítote",
la "aliteración", giros populares, vulgarismos,
arcaísmos, neologismos, etc. Son también frecuentes
las siguientes particularidades:
-
1) Uso de u por
i: maxumus, optumus, lubido, lubet, maritumus, lacrumas, etc.
2) Uso de o por e:
aduorsum, uoster, uortere, reuorti, etc.
3) Uso de -und- por -end- : faciundi, largiundo,
etc.
4) Dativos
contractos: luxu, fide, etc.
5) Nom. sing. en -os por -us; acus. sing. en -om por -um:
equos, uiuos, etc.
6) Acus. pl. en -is por -es.
7) Uso de quis por quibus.
8) Desinencia -ere por -erunt.
9) Foret por esset.
10) Verbos frecuentativos Intensivos: grassatur,
imperitabat, defensabantur, aduentabat, ductare, missitare, etc.
11) Uso muy frecuente del
infinitivo histórico, a veces emplea series de diez o más
seguidos, que se cierran con un imperfecto de indicativo, que resume
una situación resultante de los hechos enumerados
anteriormente. No se olvide que el sujeto de los infinitivo
histórico va en nominativo.
12) Uso frecuente del presente histórico.
13) Falta de
asimilación en las palabras compuestas, en el enlace de los
elementos componentes: in-r-; in-p-; in-l-; etc.
14) Uso frecuente del adjetivo con valor
adverbial.
15)
Formas arcaicas del pronombre relativo: quoi (cui), quoius (cuius),
etc.
Su concisión
potencia la densidad del pensamiento y sus arcaísmos dan al
relato una "andadura grave y austera."
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