INTRODUCCIÓN
La prosodia, desde el punto de vista tradicional, es la parte de la gramática que enseña la recta pronunciación y acentuación de las palabras. La pronunciación y acentuación de las palabras latinas se basan en la cantidad de las sílabas que forman cada palabra.
Cantidad equivale a tiempo o duración empleados en la pronunciación de cada sílaba. Según el mayor o menor tiempo empleado en dicha pronunciación, las sílabas se dividen en largas (
) y breves (
). Aunque no es del todo exacto, el tiempo empleado en la
pronunciación de una sílaba larga es doble que el que
se emplea para una sílaba breve. La medida de tiempo se llama
mora: .
La diferencia de tiempo entre unas y otras se fue perdiendo a lo largo de los siglos del Imperio Romano, por lo que el reconocimiento de la cantidad sólo puede verificarse en la actualidad mediante unas determinadas reglas de carácter empírico.
REGLAS ELEMENTALES DE LA CANTIDAD
Tanto las sílabas largas como las breves pueden serlo por dos
motivos: por naturaleza o por posición.
A) Largas:
por naturaleza: cāūsae, dēlibāre.
por posición (trabadas): cēntum, mānsum, infīxi, ād sidera.
Se consideran sílabas largas por naturaleza a todos los diptongos latinos: ae, oe, au, (eu).
También a las vocales procedentes de diptongos monoptongados o contracciones: inclūdo < inclaudo; cōgo < cŏăgo; nīl < nĭhĭl.
Se consideran sílabas trabadas a todas las formadas por:
- una vocal seguida de dos consonantes,
- una vocal seguida de consonante doble (x, z),
- una vocal seguida de dos consonantes, aunque no pertenezcan a la misma palabra, y
- una vocal seguida de i semiconsonante: pēius.
La sucesión "mutta cum liquida" (b,d,g,p,t,c,f + l,r) no hace posición, ya se trate de una sola palabra o de palabras separadas, estando siempre el resultado de la naturaleza de la vocal en función de las necesidades métricas, aunque si el grupo pertenece por entero a la palabra siguiente, suele ser breve. Ej.:
La H es muda a todos los efectos.
por naturaleza: ănĭma, cŭbĭtus;
por posición: vocal ante vocal se abrevia (uocalis ante uocalem corripitur): fluuĭus, Hispanĭa, cŏhortor, habĕo.
Excepciones:
Palabras griegas: Aenēas.
La e del genitivo y dativo singular de la 5ª declinación cuando le precede vocal: diēi, faciēi, pero rĕi, fidĕi.
Los genitivos en -ius son indiferentes:
La i del verbo fio en las formas sin r: fīebam, pero fĭĕri, fĭĕrem.
Los genitivos y vocativos de los nombres en -ius: Pompēi, Gāi.
Se trata de establecer las cantidades de las vocales, largas o breves por naturaleza, donde la morfología, sobre todo, y la fonética puedan colaborar en su retención. De todas formas, nos limitaremos sólo a una reseña de las más significativas.
Morfología Nominal
Paradigmas Prosódicos de las Declinaciones |
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Temas en -A
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Temas en -O
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Temas en Cons.
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Temas en -I
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Temas en -U
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Temas en -E
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Singular Nominativo Vocativo Acusativo Genitivo Dativo Ablativo |
-ă -ă -ă-m -a-i > -āē -a-i > -āē -a-d > -ā |
-ŭs, -ĕr, -ĭr -ĕ, -ĕr, -ĭr -ŭ-m -ī -ō -o-d > -ō |
--- --- -ĕ-m -ĭ-s -ī -ĕ |
-ĭ-s -ĭ-s -ĭ-m -ĭ-s -ī -i-d > ī |
-ŭ-s -ŭ-s -ŭ-m -ū-s -ŭ-ī -u-d > -ū |
-ē-s -ē-s -ĕ-m -e-ī -e-ī -e-d > -ē |
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Plural Nominativo Vocativo Acusativo Genitivo Dativo Ablativo |
-a-i > -āē -a-i > -āē -a-ns > -ās -ā-rŭm -a-is > īs -a-is > īs |
-o-i > -ī -o-i > -ī -o-ns > -ōs -ō-rŭm -o-is > -īs -o-is > -īs |
-ēs -ēs -ns > -ēs -ŭm -ĭ-bŭs -ĭ-bŭs |
-i-es > -ēs -i-es > -ēs -i-ns > -īs -ī-ŭm -ĭ-bŭs -ĭ-bŭs |
-u-es > -ūs -u-es > -ūs -u-ns > -ūs -ŭ-ŭm -ĭ-bŭs/-ŭ-bŭs -ĭ-bŭs/-ŭ-bŭs |
-e-es > -ēs -e-es > -ēs -e-ns > -ēs -ē-rŭm -ē-bŭs -ē-bŭs |
Nota: Los nombres neutros son breves en singular y en plural.
Morfología Verbal
I) Tienen vocal larga:
todos los morfemas modales - temporales (M.M.T.): -bā-, -ā-, -rē-, ...;
la vocal temática de la 1ª, 2ª y 4ª conjugaciones;
el tema de perfecto suele convertir en larga la última vocal del lexema (no temática) en oposición al tema de presente: lĕgit / lēgit;
la i en final absoluto es siempre larga, tanto en verbos como en sustantivos: amauī, dominī.
II) Tienen vocal breve:
todas las vocales de unión, salvo la -e- del pretérito imperfecto de indicativo de 3ª, 4ª y mixta;
la vocal temática de la conjugación mixta.
Otros
los diptongos son siempre largos;
las enclíticas (-quĕ, -nĕ, -uĕ) son siempre breves;
la sílaba final de casi todas las palabras terminadas en consonante distinta de -s suele ser breve, con algunas excepciones ya mencionadas;
los adverbios derivados de adjetivos de la primera clase son largos: altŭs / altē;
los monosílabos significativos (sustantivos y verbos) suelen ser largos: sōl, rūs, iūs, dā , pero hay excepciones como cŏr, ŏs, dăt;
los monosílabos terminados en vocal suelen ser largos: mē, tē, ē, prō, dē;
los en consonante, breves: iăm, sĕd, ŭt, cŭm, ĕt, pero nōn, sīc, quīn, ...
las vocales -a-, -e-, -u-, -o-, del tema de supino son largas: amātum, delētum, remōtum, tribūtum. La -i- es larga si corresponde a un perfecto en -iui-: audītum (< audivi), pero breve si corresponde a un perfecto en -ui no precedido de vocal: monĭtum, tacĭtum (monui, tacui).
LA ACENTUACIÓN
Reproducimos las reglas elementales del acento gramatical en Latín, pues su conocimiento aporta una ayuda estimable para la distribución de la cantidad en las palabras polisílabas:
En Latín no hay tilde; el acento es intensivo.
No hay agudas ni sobreesdrújulas, por lo tanto, todas las palabras son llanas o esdrújulas.
En consecuencia, las bisílabas son siempre llanas. Ej.: béne, rósae, ámor.
En las palabras de tres o más sílabas la acentuación depende de la cantidad de la penúltima, de acuerdo con el siguiente principio:
si la penúltima sílaba es larga, esta lleva el acento, siendo la palabra llana. Ej.: amīcus, orātor;
si breve, el acento va en la antepenúltima, siendo la palabra esdrújula. Ej.: Hánnĭbal, pellícŭla, mílĭtis.
Por tanto, si conocemos la acentuación de una palabra podremos saber, al menos, la cantidad de la penúltima sílaba.
Ahora bien, en Métrica la intensidad va marcada por el llamado "Ictus", el cual va siempre en los tiempos fuertes del pie. A esto hay que añadir dos notas:
El acento gramatical de la palabra no tiene por qué coincidir con el ictus: puede o no suceder.
No existe equivalencia total entre sílaba tónica y larga o sílaba átona y breve; es decir, no se puede confundir Cantidad con Intensidad, dado que dos intensidades débiles sucesivas no equivalen a un fuerte; pero dos sílabas breves sí equivalen a una larga tomando como referencia de unidad de duración la mora. La intensidad no es sumable linealmente, la duración sí lo es.
Conceptos Básicos
La cadena rítmica está formada por una serie de unidades o segmentos, de distinta amplitud. Las unidades básicas de la métrica latina son:
El Pie
Es la mínima unidad métrica significativa, basada en la sucesión de sílabas largas y breves, que es lo que produce el ritmo en la poesía latina. La agrupación de dos o más sílabas que se repiten en el mismo orden.
Tiene como mínimo dos sílabas y como máximo cuatro. Para medir hexámetros es suficiente conocer los pies llamados dáctilo:.Ej.: īncĭpĭt, pōntēs, tēmpŭs.
Además de la cantidad de cada sílaba, existe en cada pie una parte que se pronuncia con mayor intensidad (fuerte) y otra con menor (débil). La sílaba fuerte corresponde a la primera parte del pie (es decir, al primer semipié). A dicha intensidad se le llama ictus y se representa gráficamente por medio de un acento (´). La sílaba así marcada se denomina arsis (elevación). Por su parte, las débiles se llaman tesis (posición o bajada).
En la métrica del hexámetro, además, pie se identifica con Metro (Hexámetro = seis metros = seis pies), lo cual no ocurre en otro tipo de combinaciones métricas.
Es la unidad fundamental del sistema métrico latino. Puede definirse como "la unidad de un corte o silencio con las sílabas que le preceden hasta el anterior silencio de la misma calidad rítmica" (García Calvo). El verso, como unidad rítmica, tiene determinadas marcas formales que, fundamentalmente, son las siguientes:
coincidencia de final de palabra con final de verso;
la sílaba final de verso es indiferentemente larga o breve, suele denominarse anceps;
hay normalmente hiato entre el final de un verso y el principio de otro.
El hexámetro es el verso de la poesía épica, de la sátira y de la didáctica. Consta de "seis metros", es decir, de seis pies, dáctilos o espondeos. En los cuatro primeros, las dos breves del segundo semipié pueden ser sustituidas por una larga. El quinto es habitualmente un dáctilo, pero en las rarísimas ocasiones en que no, el cuarto pasa a serlo. Por último, el sexto consta siempre de dos sílabas, siendo la segunda anceps. Resumiendo, el esquema de todo hexámetro dactílico es el que sigue:
El hexámetro puede tener, por tanto, un mínimo de doce sílabas y un máximo de diecisiete. Los de doce sílabas se denominan holoespondaicos (todos espondeos). La abundancia de espondeos indica pesadez, solemnidad, lentitud: (Iban envueltos en sombras bajo la solitaria noche). En el punto opuesto, los de diecisiete se llaman holodáctilos y se utilizan para expresar ligereza y rapidez, como en este duro reproche de Dido a Eneas: (Como un espectro me hallaré en todas partes. Malvado, ¡expiarás tus crímenes!).
La palabra significa etimológicamente "corte" y, en contra de lo que pudiera pensarse, no supone una pausa, sino que se trata de un elemento más de ligazón interna entre las distintas subunidades que componen el verso; la cesura se coloca siempre entre palabra y palabra, pero nunca entre un pie y otro, sino en medio del pie. Se trata de una convención más de las muchas que los poetas decidieron utilizar para la consecución del ritmo. El hexámetro presenta normalmente una o más cesuras, cuya denominación y posición son las siguientes:
Pentemímera, después del quinto semipié o, lo que es lo mismo, después de la primera sílaba del tercer pie. Es la más frecuente. La tienen el 90% de los hexámetros de Virgilio.
Ej.: Vir., En., IV,1:
Trihemímera, después del tercer semipié.
Heptemímera, después del séptimo semipié. Suelen darse juntas e, incluso frecuentemente, con pentemímera. Por contra, es rarísimo que aparezcan solas.
Ej.: Virg., Buc., I, 1:
Trocaica o femenina, entre las dos breves del tercer pie que tiene que ser, lógicamente, un dáctilo; se llama trocaica porque deja a su izquierda un troqueo. Va, generalmente, acompañada de trihemímera y heptemímera. Sólo la pentemímera y la trocaica son incompatibles por su posición muy cercana, dentro del mismo pie.
Ej.: Vir., En., II,3:
En otro orden de cosas se sitúa la llamada Diéresis
Bucólica, donde se da una coincidencia entre ritmo y
sintaxis: al comenzar el 5º pie se produce una inflexión
sintáctica, comienza una frase que se desgaja de la anterior
y, de esta manera, 5º y 6º pies encabalgan sintácticamente
con el verso siguiente:
Ej.: Virg.,Buc.,3-4:
Figuras Métrico - Prosódicas
Sinalefa o elisión ( ( ) ). En la secuencia del verso latino, cuando una palabra termina en vocal o -m y la siguiente comienza por vocal o h-, se elide a efectos métricos la vocal o la vocal + -m con que termina la primera palabra. La elisión no es una licencia métrica, ya que no puede ser licencia lo que es obligatorio, y ésta lo es. Ej.:
Aféresis. Es un caso especial de elisión donde predomina la primera vocal. Se da sólo con las formas es y est del verbo sum. Ej.: amata (e)st. Bona (e)s.
Hiato. Fenómeno contrario a la elisión. Ante un encuentro de dos vocales de distintas palabras, la esperada elisión no se produce. Suele darse tras monosílabos de vocal larga, diptongos o palabras terminadas en -m, que a veces pueden abreviarse. Resulta casi obligado para su aparición que la sílaba que sigue sea breve. Ej.:
Virg.,Buc.,II,65:
Sinéresis. Es la reducción a una sola sílaba de dos vocales en interior de palabra. El resultado es siempre una sílaba larga. Suele ocurrir con palabras como
Ej.: Virg., En., IV,16:
Diéresis. Fenómeno contrario al anterior consistente en hacer de un diptongo dos sílabas, a veces contando como vocal las semiconsonantes. Ej.: .
Sinícesis. Caso particular de la sinéresis consistente en la consonantización de las semivocales, reduciendo así dos posibles sílabas a una sola y alargando la anterior, al quedar su vocal ante dos consonantes. Ej.:Virg.,En.,II,16:
Abreviación Yámbica. En palabras bisílabas de estructura yámbica puede darse una abreviación de la larga en función de la métrica. El dativo singular de los pronombre personales sufre frecuentemente este fenómeno: Se suele marcar así .
Ej.:Virg.,En.,IV,479:
Palabras de Origen Griego. No se trata, lógicamente, de una licencia métrica. Sólo advertir que algunos nombres procedentes del griego pueden transgredir las normas que acabamos de ofrecer a la hora de establecer la cantidad de una sílaba. Sobre todo, conocer la etimología de la palabra ayuda muchísimo. Especial atención hay que prestar a los nombre propios.
Ej.:
Virg., En., II,2: